lunes, 22 de junio de 2015

Desayuno en Tiffany's de Truman Capote

Argumento
Holly Gloghtly, la protagonista de Desayuno en Tiffany's, es quizás el más seductor personaje creado por este maestro de seducción que fue Truman Capote. atractiva sin ser guapa, tras rechazar una carrera de actriz en Hollywood, Holly se convierte en una estrella del Nueva York más sofisticado; bebiendo cócteles y rompiendo corazones, parece ganarse la vida pidiendo suelto para sus expediciones al tocador en los restaurantes y clubs de moda, y vive rodeada de tipos disparatados, desde un mafioso que cumple condena en Sing Sing, hasta un millonario caprichoso de afinidades nazis, pasando por un viejo barman secretamente enamorado de ella. Mezcla de picardía e inocencia, de astucia y autenticidad, Holly vive en la provisionalidad permanente, sin pasado, no quieriendo pertenecer a nada ni a nadie, sintiendose desterrada en todas partes pese al glamour que la rodea, y soñando siempre en ese paraíso que para ella en Tiffany's, la famosa joyería neoyorquina. 

Opinión

Para todo buen periodista Truman Capote debe ser un obligado en su biblioteca, ya sea por qué le gustan sus historias, ya sea por la maestría de su escritura. Capote pertenece a eso que los periodistas llamamos “periodismo narrativo”, que de hecho, creo él mismo con su obra A sangre fría.  La cuestión es que esta nueva técnica combina la narratividad, es decir, la utilización de técnicas literarias, con el periodismo. Por lo tanto, podríamos decir que el “periodismo narrativo” es la manera de explicar la realidad mediante la escritura extensa y con gran detalle, característica de las novelas. Dicho esto, y como en cualquier clase normal de periodismo, tendríamos que empezar a hablar de las diferentes clases de narrador que podemos utilizar, dónde está el límite entre “periodismo narrativo” y novela literaria… pero, prefiero hablaros de Desayuno en Tiffany’s.

Imagen extraída de pandora-magazine.com


Este libro llegó a mis manos el día después de Sant Jordi, que es una fiesta tradicional que se celebra en Catalunya en que se regala un libro a los hombres y una rosa a las mujeres. En mi caso, como soy poco dada a las tradiciones, siempre compro un libro.  Ya sabéis, siempre es una buena ocasión para comprar un libro. El caso es que ese día escogí un libro que mi hermana ya había comprado, así que al día siguiente decidí devolverlo y en la librería, entre muchos libros de viajes y otros clásicos, encontré a Capote esperándome.

Desayuno en Tiffany’s ha sido bastante revelador, es decir, no era como me lo esperaba. He visto unos personajes con unas personalidades tan bien construidas como si yo misma hubiera estado en ese piso del Upper East Side de Manhattan.  He visto a Hollyday Golightly como una obsesiva por hacerse ver, por llamar la atención, viviendo en una burbuja de fantasía y color autoconstruida que cuando está a punto de estallar siente una necesidad irrefrenable de alejarse de todos y de todo. Creo que eso es lo que le sucede cuando se aleja del narrador durante el transcurso del relato.  Ve a nuestro protagonista como una mancha en esa vida de mentiras que está intentando construir y hasta que no sabe qué papel va a jugar en ella, es incapaz de aceptarlo.

Imagen extraída de: rey.com.pe
Y no es la primera vez que huye. Lo hizo, también, de su vida en Los Ángeles como actriz. Sin embargo, también he viso en Golightly una niña asustadiza e indefensa que necesita de ayuda exterior para llegar a saber quién es y qué es lo que hace en Nueva York. Y, de alguna manera, eso es lo que hace el protagonista: la ancla a la tierra.  De todas maneras, amigos míos, la friendzone es mucho más antigua de lo que creíamos, y, sino, que se lo digan al narrador. Pero, vamos a ponernos serios, y a no hacer mofa de él.

Aunque no sabemos su nombre, suponemos que, de alguna forma,  es el propio escritor el que se representa, sin que llegue a ser una autobiografía.  Este hombre-narrador que se nos introduce es un periodista/ escritor con una fuerza de voluntad tan grande como Nueva York entera.  Una serenidad y paciencia igual o superior que la vanidad de Miss Gollightly, y, eso básicamente, es todo lo que tienen en común. En mi opinión, nuestro narrador no se enamora de Holly, si no de la idea Holly con él, es decir, de la niña asustadiza e indefensa que sólo él puede ver.

En esta novela corta Truman Capote pone de manifiesto porqué es el abanderado del periodismo narrativo, ya que construye unos diálogos tan fluidos como divertidos, animados y con un ritmo inacabable. Los personajes secundarios son también muy esenciales para comprender muchas partes del relato, sobre todo las que tienen que ver con Miss Gollightly.  Una vez más ha conseguido combinar la realidad cotidiana con la narración detallista y extensa. 






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